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Elecciones bávaras.


Por Ricardo López Göttig

En las elecciones regionales de Baviera del domingo 14 de octubre, la Unión Social Cristiana (CSU), aliada de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel, obtuvo la primera minoría pero deberá formar un gobierno de coalición. Desde el surgimiento de la nacionalista Alternativa para Alemania (AfD, Alternative für Deutschland) con su discurso contra los inmigrantes, corrió el eje del debate político y los socialcristianos bávaros se sintieron tentados con esa narrativa. Ya desde su posición como ministro del Interior, Horst Seehofer, líder de la CSU, ha planteado diferencias notorias con la agenda de la canciller Angela Merkel, quien además gobierna en coalición con el Partido Socialdemócrata (SPD).
Este giro a la derecha, en nombre de la identidad cristiana de Baviera, no sólo no logró contener a la AfD en esa región meridional, en la que por primera vez ingresa al parlamento regional, sino que ahuyentó a parte de su base electoral, que prefirió dar sus votos a los Verdes (Grünen), con lo que este partido se convirtió en la segunda fuerza local. Muy lejos ya de las actitudes antisistema de sus inicios, los Verdes aparecen como la segunda fuerza en los sondeos nacionales, por detrás de la CDU, muy probablemente captando también parte del voto socialdemócrata. Este partido ha logrado captar la atención de sectores urbanos y gran parte del voto posmaterialista, ubicándose en el centro que la CSU abandonó con su fallido corrimiento a la derecha. Habrá de verse si la CSU convoca los Verdes, liderados en la región por Katharina Schulze (foto), para formar gobierno.
Paradojalmente, esto debilita y a la vez fortalece a Merkel: la debilita, porque su aliado bávaro recibió una estocada pero, al mismo tiempo, la fortalece porque pone en jaque a uno de sus rivales internos más notorios. La dinámica de los partidos en Europa, con electorados insatisfechos y volátiles, precisa de la capacidad de mantenerse alerta y de tener principios sólidos ante la marejada de los populismos.

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